Cuesta Duja es una pradera de alta montaña que cae directamente sobre la Garganta del Río Cares, el acceso no es fácil, pero aún así era usado por los antiguos cainejos que lo han aprovechado desde antaño para alimentar a su ganado, por increíble que nos parezca llegar allí a pie, imaginemos con animales. Se puede ascender desde Caín por medio de varias rutas, pero la mas corta es desde la Tránvia, excelente balcón tallado a fuerza en la roca que nos permite realizar una impresionante vista de la ruta del Cares desde lo alto.
Siguiendo la ruta de Cares, hasta el puente de Bolín (415 m.), trás cruzarlo la subida comienza trepando en sus primeros pasos por una grieta que se encuentra a la derecha. La subida es empinada y por el camino se puede visitar una cascada llamada Fuente Prieta, aunque no es imprescindible para seguir la ruta, desde allí se puede continuar hacia la Tránvia (600 m.) a través de un paso tallado en la roca.
Para continuar la subida hay que superar una gran pendiente, por una senda muy pinada pero claramente marcada, rodeada de algunos robles, que dan escasa sombra pero alegran la ruta. Trás mucho esfuerzo parece que la pared se cierra, pero a medida que te aproximas puedes descubrir una senda tallada en la pared llamada el Barrenado de Cuesta Duja (por usar barrenado en su tallado sobre la roca).
Un vez superado el Barrenado se observan de nuevo unas vistas espectaculares, desde ese punto se puede ver la caída al vacío de Cuesta Duja (850 m.). Continuando por el camino, ahora con hierba, sin salirse de él, se llega a Cuesta Duja.
Desde este espectacular lugar se disfruta de las vistas de las praderas, las cumbres, la garganta del Cares desde una visión superior y en un día despejado, con suerte, algunos afirman ver a la vez el mar y el Cares, pero solo unos pocos afortunados han disfrutado de esta visión. En este punto es donde los cainejos dejaban a su ganado pastar, aprovechando las verdes praderas que se ocultan entre las rocas, y continuando el camino se llega hasta las Mueldas (980 m.), una enorme piedra plana donde ponían la sal al ganado.
Desde ahí después de descansar y disfrutar de las vistas, podemos regresar por la misma ruta o continuar la bajada por otros canales que nos permiten el descenso a la ruta del Cares o hasta el río.